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martes, 5 de enero de 2010

Las operadoras de cable rechazan el plan del Gobierno en telefonía móvil

Los planes del Gobierno para dar entrada a las operadoras de cable en telefonía móvil se tambalean. Las compañías regionales consideran imprescindible disponer de licencias celulares, pero no según el programa gubernamental, que había reservado para ellas una banda que las telecos rechazan por insuficiente. El cable quiere entrar en el reparto de la banda de 900 MHz y del dividendo digital.
El Gobierno lo tenía todo previsto: licencias regionales de móvil para las operadoras de cable en la banda de 2,6 GHz, reordenación de la banda de 900 MHz para las compañías con concesión celular y dividendo digital en 2015. Pero las cosas no están saliendo como se pensaba.

Para empezar, las cuatro compañías que ya tienen red celular propia han cargado contra los planes delMinisterio de Industria de conceder permisos regionales. Además, piden que esta licitación se retrase hasta que se resuelvan el resto de los temas. Pero es que las operadoras de cable tampoco ven con buenos ojos el programa establecido. No aceptan ni el calendario, ni el contenido, ni las condiciones, según fuentes de estas compañías.

El problema principal es la banda que el ministerio ha considerado la más apropiada para albergar las concesiones regionales. Es la de 2,6 GHz, unas frecuencias que son muy buenas para dar velocidad en la banda anchamóvil, pero que dan muy poca cobertura. Una red en este espectro requiere cuatro veces más antenas que en frecuencias más bajas, lo que dispara el coste. A eso se suma la disponibilidad de la tecnología, que todavía no está a punto.

Las compañías de cable, con la gallega R y la vasca Euskaltel a la cabeza, consideran que esa banda es insuficiente para un proyecto integral como el suyo de convertirse en operadoras completas, capaces de dar a sus clientes todo tipo de servicios, fijo, banda ancha y móvil. Por eso, lo que piden es participar en el reparto de la banda de 900 MHz y del dividendo digital. "Estamos dispuestos a realizar fuertes inversiones, pero queremos frecuencias en la parte alta y en la baja del espectro", explica Arturo Dopico, consejero delegado de R. La banda de 2,6 GHz es buena para la banda ancha móvil en las zonas urbanas, pero en las rurales y para voz celular las compañías de cable piden más. No es que rechacen este espacio radioeléctrico, sino que quieren que sea complementario con otros. Por eso, también piden que el reparto, previsto para 2010, se retrase hasta que se solucionen los problemas con la banda de 900 MHz y con el dividendo digital.

Las opciones de reparto que plantean las cableoperadoras son varias. Ono, por ejemplo, apela al reparto de las frecuencias que tienen Telefónica, Vodafone, Orange y Yoigo en la banda de 2.100 MHz, lo que se conoce como UMTS. Esta compañía asegura que todas ellas tienen espectro sin utilizar y que debería ser repartido.

R está de acuerdo, pero pide que a ello se añada espacio también en 2,6 GHz y parte del dividendo digital, pero disponible mucho antes que en 2015, porque en esa fecha sería demasiado tarde.

En cualquier caso, la opción preferida sería la de complementar el espectro en 2,6 GHz con un hueco en 900 MHz, la banda que más le gusta a Euskaltel.

Esto plantea un serio problema para el Ministerio de Industria, sobre todo para la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, que es la que está llevando el tema y a la que acuden todas las operadoras con sus propuestas. Y es que el reparto de la banda de 900 MHz ya supone un conflicto en las condiciones actuales -todo está distribuido, Telefónica y Vodafone no quieren renunciar a la parte que tienen, y Orange y Yoigo quieren más-, que se agiganta si otras compañías entran en escena.

Sin embargo, las operadoras de cable están dispuestas a pelear por ello y a poner inversiones encima de la mesa. Según sus cálculos, no sería complicado liberar 5 MHz de espacio en la banda de 900 MHz para que se los repartieran.

Inversiones y competencia para inclinar la balanza
Las operadoras de cable son conscientes de que su irrupción en la puja por la banda de 900 MHz supondría dejar a Yoigo sin su parte, pero es que estas compañías aseguran que su inversión acumulada y a futuro es muy superior. Por eso, una de sus bazas ante el Ministerio de Industria son los desembolsos que están dispuestas a realizar unas compañías que ya han apostado 11.000 millones de euros en infraestructuras. Su segunda baza es la competencia y su capacidad para plantar cara a Telefónica en las zonas donde están más que cualquier otra compañía.

Por eso, consideran que la rentabilidad para la población de su inclusión en el reparto de los 900 MHz será mucho mayor que si ese espacio se le da a Yoigo. En cualquier caso, tampoco está claro que eso vaya a ser así. La situación actual es que ni Telefónica ni Vodafone quieren que les quiten espectro. Enfrente, Orange, Yoigo y los operadores de cable lo reclaman. Industria está intentando que la solución sea negociada, pero cada vez es más difícil. La propuesta de R es que se liberen 5 MHz y que se saquen a concurso, siempre que se impida que Telefónica, Vodafone y Orange se presenten. El peligro es que estas compañías estén dispuestas a pagar por este espectro no para desplegar red, sino para impedir que entren nuevos competidores, argumenta R.

Fuentes de las operadoras de cable afirman que la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones es sensible a su postura, aunque está en una posición difícil.

LAS FRECUENCIAS DISPONIBLES: VENTAJAS E INCONVENIENTES
2,6 gigahercios: Las frecuencias de la discordia, la banda de 2,6 GHz, no complace a nadie. No es que las operadoras la rechacen, pero piden que su reparto se posponga para cuando cada compañía ya sepa cuánto tiene en la banda de 900 MHz y en el dividendo digital. Son unas frecuencias muy buenas porque dan mucha velocidad en banda ancha móvil, pero a cambio dan poca cobertura, así que su despliegue es caro. Por eso, conviene tenerlas en cartera, pero no como única opción o como recurso principal, porque dispara el coste de la red. A todo ello se une que se trata de una tecnología que todavía no está lista y que no llegará hasta 2011.

900 megahercios: Es el espectro que todos quieren, pero tiene un problema: ya está repartido. Eso sí, a Telefónica le vence buena parte de la concesión el próximo febrero. Además, ahora sólo sirve para dar voz móvil, no para banda ancha. El Gobierno se ha comprometido a cambiar las condiciones de la concesión y permitirlo, pero eso hace mucho más valiosa la posesión y por eso se entiende que las operadoras que más 900 MHz tienen -Telefónica y Vodafone- deberían ceder parte
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La principal ventaja de esta banda es la calidad de cobertura que logra con pocas antenas y su capacidad para penetrar en edificios y dar mejor servicio en interiores.

Dividendo digital: Es la banda del futuro. También muy deseada, pero menos que la de 900 MHz porque todavía no es real. Las frecuencias del llamado dividendo digital están en una banda muy baja -en el entorno de los 800 MHz-, así que su calidad es también muy buena por cobertura, necesidad de pocas antenas y penetración en los edificios. Pero también tiene un problema: no está disponible. Este espacio es el que se liberará con la transición de la televisión del sistema analógico al digital. Pero tardará tiempo en limpiarse, para que las cadenas puedan hacer una desocupación ordenada. El Gobierno ha dicho que estará disponible en 2015, aunque se lucha por adelantarlo.
cincodias.com 5 enero 2010

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