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martes, 27 de octubre de 2009

Los clientes de móviles vuelven a la tarjeta para controlar más el gasto

La crisis económica, con sus enormes efectos sobre la demanda de productos de consumo, está poniendo patas arriba a la industria de las telecomunicaciones en general y a la telefonía móvil en particular.

Y uno de los efectos más sorprendentes de los últimos meses es el nuevo auge que está tomando la modalidad de la tarjeta prepago como mecanismo de comercialización frente al contrato. Y eso que las operadoras de telecomunicaciones llevan años empeñadas en transferir la mayor parte de su base de clientes de la tarjeta prepago al contrato. Las razones para esta persistencia en la estrategia son obvias: los clientes de contrato gastan mucho más que los de tarjeta, se les conoce con nombres y apellidos y su grado de fidelidad es mucho mayor.

Por eso, todas las operadoras reservan sus mejores ofertas (los móviles a precios más bajos y un precio por minuto más atractivo) para atraer a los clientes de operadores rivales y para convencer a sus clientes de tarjeta para que se pasen al contrato. Con el empeño combinado de todos los operadores, la migración de tarjeta prepago al contrato era una constante durante los últimos años, especialmente en España, uno de los países europeos donde el porcentaje de clientes de prepago está entre los más bajos.

Desandar el caminoSin embargo, en el último año ha comenzado a producirse el efecto contrario. Muchos clientes han empezado a pedir al operador desandar el camino andado y hacer una migración de contrato a tarjeta prepago. Los números de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) el regulador del sector, así lo atestiguan.

En los doce meses que transcurrieron entre el segundo trimestre de 2007 y el segundo trimestre del 2008, el mercado español de telefonía móvil (sumando todas las marcas) aumentó en un total de 2.400.111 los nuevos usuarios de contrato, de forma que, a junio del pasado ejercicio había 28,7 millones de usuarios. Por el contrario, los clientes de tarjeta mantenían su lento declinar y perdían 411.547 usuarios. Es decir, la totalidad del crecimiento del mercado (1,98 millones de abonados) obedecía a la modalidad de contrato.

Sin embargo, en los doce meses siguientes, cuando los efectos psicológicos de la crisis económica española ya habían empezado a calar en el usuario, el panorama ha cambiado radicalmente. Así, entre el segundo trimestre de 2008 y el segundo de 2009, el crecimiento total del mercado ha sido un 15,4% menor, de 1,68 millones de usuarios, pero, sobre todo, la contribución de los clientes de prepago ha sido notable: nada menos que 701.119 nuevos clientes han optado por esta modalidad, frente a los 981.337 usuarios que prefirieron el contrato. Es decir, que la tarjeta prepago ha sido responsable del 42% de las nuevas altas.

La tendencia ha afectado a todos los operadores, aunque a algunos de manera especial. Hay que tener en cuenta, que en los últimos doce meses, los llamados operadores de bajo coste, como Yoigo y los Operadores Móviles Virtuales (OMV) han vivido su época dorada, puesto que los usuarios han empezado a controlar más los gastos de todos los servicios, incluidos algunos que se consideran indispensables como la telefonía móvil.

Por eso se ha despertado una nueva sensibilidad al precio, que ha provocado un auge de los operadores low cost. Y estos grupos utilizan mucho más intensamente la modalidad de tarjeta que sus tres grandes rivales.

Yoigo y los OMVEsa situación es que la ha provocado que el conjunto de la treintena de OMV que operan en España sea la que más aportación ha realizado al crecimiento del prepago, con 392.000 nuevos usuarios, seguida de Yoigo, cuya base de clientes de esta modalidad creció en 180.000 clientes.

Entre los tres grandes, la que más intensamente ha experimentado este efecto, es Vodafone (con 160.000 nuevos clientes en los últimos doce meses). Por su parte, Orange tiene una cifra mucho menor de 98.000 usuarios.

Sólo Movistar, entre los tres grandes operadores españoles, arroja un saldo negativo de crecimiento en este negocio (131.000 clientes de prepago menos que hace un año), lo que no significa, necesariamente, que el fenómeno no se esté produciendo también entre sus filas, sino que está siendo compensado en mayor medida por las migraciones en sentido contrario.

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