Internet ha cambiado el mundo de la publicidad. Con todas las posibilidades que abre, en el marketing online ya no es suficiente con mostrar anuncios al consumidor. Hace falta entenderle, saber exactamente qué le interesa y cómo quiere recibir la información. La utilización del targeting en servicios de afiliación, en cupones de descuento o en marketing por correo electrónico puede servir para derribar las barreras entre consumidores y marcas, y así poder aumentar el retorno de la inversión de las campañas publicitarias.
Los consumidores disponen cada vez de menos tiempo para comprar. Una de las grandes ventajas de Internet en el ámbito del consumo es, precisamente, la inmediatez y el ahorro de tiempo. Y ese es también uno de los puntos fuertes que deben explotar cada día más las empresas de marketing online. Los consumidores buscan herramientas para hacer sus compras online más fáciles, rápidas y rentables. Y están demandando servicios que les faciliten sus búsquedas, que les dirijan a los productos que les interesan, que les permitan hacer comparaciones de precios y alcanzar el mejor acuerdo posible.
Los navegadores de manejo fácil e inteligente, adaptables a las necesidades de los usuarios, con consejos prácticos y dinámicos para comprar online, pueden ser el primer paso para ofrecer a los consumidores un servicio de compras de un sólo paso. Cuanto más sencillo, transparente y completo sea el servicio, más confianza tendrá el consumidor y más posibilidades tendrán los anunciantes de aumentar sus tasas de conversión.
Además, hay que tener en cuenta otros actores que tienen cada vez más importancia en el marketing online. Hablamos de las redes sociales. En ellas los usuarios revelan sus gustos, sus actividades y sus aficiones, ofreciendo así una importante oportunidad a los anunciantes para realizar campañas de marketing dirigidas.
Dentro de poco tiempo, el ‘social targeting’ será una de las principales tendencias del marketing online. Los anunciantes están interesados en todas las plataformas que les ayuden a identificar audiencias y a conectar con ellas de la manera más eficaz. Las redes sociales, desde las más grandes, como Facebook o MySpace, hasta las más pequeñas, como los foros de discusión de cualquier tipo, son ideales para este objetivo.
Por ejemplo, un foro de discusión de moteros puede ser el sitio ideal para que distintas empresas -desde aseguradoras, a compañías de venta de productos asociados, como ropa o elementos de seguridad- anuncien sus ofertas. Por eso, el potencial de esta estrategia de marketing online se extiende no sólo a grandes corporaciones, sino también a empresas de nicho, que tienen más dificultad a la hora de identificar a sus consumidores potenciales.
Con la ayuda de este tipo de herramientas, las compañías que se dirigen a un segmento de mercado específico pueden llegar al consumidor correcto de forma más sencilla. Si partimos de la base de que la mayoría de productos y servicios se consumen en un entorno social, ya sea real o virtual, es sencillo explicar el ‘social targeting’ en pocas palabras. Implica el conocimiento de los distintos contextos sociales en los que se mueve el usuario para ofrecerle el producto o servicio más adecuado a sus necesidades. El ‘social targeting’ responde a las grandes preocupaciones de las empresas: saber cómo, cuándo y a quién deben dirigir las promociones de sus productos y servicios.
Sin embargo, hay que recordar el reto que supone para las compañías establecer una especie de contrato social, donde los usuarios se sientan cómodos compartiendo este tipo de información con empresas privadas. Ningún usuario se apunta a una red social con el objetivo de ser una diana fácil para publicidad.
Una vez más, la clave es la confianza. Y para generarla y mantenerla, hay que formar e informar a los usuarios sobre el uso que se dará a la información que comparten, y poner en práctica medidas de protección para asegurar a los usuarios que pueden estar tranquilos en lo que respecta a la protección de su privacidad. En el mundo del marketing online, al igual que en el comercio tradicional, el consumidor siempre tiene la razón. Por eso, las marcas deben tener el máximo cuidado, para que el usuario no se sienta desprotegido y se niegue a compartir con ellas sus datos.
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