Habría que empezar diciendo que es increíble lo que consigue Apple cada vez que hace una de sus nuevas apuestas. No hay ninguna otra marca en el mundo que concite tanto interés en sus nuevos productos, interés que genera una enorme cantidad de comunicación gratuita. Quizás como consecuencia de ese tremendo interés mediático, también parecen dispararse las expectativas de negocio de una manera cuanto menos optimista. Es cierto que Apple ha llegado a modificar algunos sectores con la audacia de su enfoque. Ha ocurrido con la música (iTunes) y con la telefonía móvil (iPhone). No ha podido, sin embargo, hacer lo mismo con la televisión (iTV).
En cualquier caso, ése no es el motivo principal de estas líneas, sino el entusiasmo que ha despertado el iPad en la industria editorial. Ésta estaba moviendo en Estados Unidos su propio portal sindicado de revistas y diarios digitales, pero no sabemos qué ocurrirá con él tras el éxito, al menos mediático, del producto. Los medios escritos están pasando una severa crisis, tanto de difusión como de publicidad y parece que el iPad se les ofrece como un clavo ardiendo. Ardiendo porque, si pasan por las condiciones de Apple, como hicieron las discográficas, pueden llegar a su misma situación de entrega. En ese sentido, quizás deberían de mirar con más prudencia su apuesta y esperar a ver dónde llega la penetración del dispositivo. Como señalaba recientemente Ad Age, el iPhone, con toda su enorme repercusión y haber cambiado las reglas del mercado, supone solamente el 25% de los teléfonos inteligentes en Estados Unidos y el 30% de los dispositivos móviles que se conectan habitualmente a la red. Lo que no es poco, pero sin duda está lejos de convertirle el dispositivo universal. Tampoco lo será el iPad y con más razón, dado que la idea del tablet no es nueva y pronto el mercado estará inundado de imitadores.
Por otro lado, y entrando el área más excitante del tema, hay que preguntarse qué va a ser de los medios escritos en un entorno de ediciones digitales. ¿Seguirán siendo fundamentalmente escritos? ¿Se contaminarán de la red hasta ser una página web? ¿Mantendrán eso que en internet suena obsoleto, como es la periodicidad? Interesantes preguntas aún sin respuestas.
Y hay otras no menos importantes para nuestro sector: ¿Cómo se comercializará la publicidad en una edición digital? Ya han aparecido todos los modelos posibles, algunos de ellos no aptos para el papel (coste por clic).
En Anuncios nos hacemos también las mismas preguntas. Tenemos una experiencia muy positiva de ya dos años en edición digital a través de la plataforma Zinio, que ofrece cientos de títulos en formato digital. Transcurrido este tiempo, podemos decir algo que solemos repetir: el mercado va a muchas velocidades distintas. Mientras en muchos casos es en un complemento de la edición en papel, en otros tantos oficia como soporte único. Probablemente esto responda a dos perfiles diferentes de profesionales. En cualquier caso, tenemos una buena noticia y es que los suscriptores a Anuncios Digital que dispongan de un iPad, pueden descargarse desde ahora la aplicación de Zinio y recibir en él la revista.
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