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lunes, 22 de febrero de 2010

"Alierta ha dicho lo que todos estábamos pensando"

Federico Guillén se hizo cargo en julio de la presidencia del fabricante de telecos con una trayectoria más prolongada en el mercado español de las telecos: más de ochenta años. En tan prolongado periodo la compañía ha vivido toda suerte de circunstancias; desde una reducción radical de su plantilla, hasta un reciente siniestro en su sede histórica. A pesar de ello mantiene una posición privilegiada como proveedor tras dar un vuelco a su estrategia de producto al apostar por la inteligencia de las redes, frente al poderío de las empresas de internet que actúan de franco tiradores por encima de las infraestructuras.

¿Tienen futuro los fabricantes de telecos?
Nuestro futuro es perseverar en lo que hemos hecho siempre; dedicar gran parte de nuestros ingresos a la ingeniería, y a investigar y desarrollar nuevas tecnologías. Pasó con el ADSL, pasó con el móvil… El futuro es una mezcla de fijo y móvil, de tecnologías de acceso, con fibra de alta velocidad y una tecnología de radio más potente que la que conocemos ahora. Su nombre es LTE y, combinada con una mayor capilaridad de la fibra, hará posibles servicios que hoy nos parecen inimaginables.

¿Cuántas veces se han equivocado en las predicciones?
Es una cuestión interesante porque siempre nos quedamos cortos; siempre pensamos que las redes no van a crecer tanto como crecen. Hace dos años los clientes decían que dónde íbamos con 100 megas. Estoy seguro que en cinco años los 100 megas se quedarán pequeños.
Europa fue la reina en la década de los noventa, pero ahora está desbordada por las empresas de internet y los fabricantes asiáticos.
Los que hacemos innovación seguimos estando en Europa. Porque Alcatel-Lucent es una empresa basada en Europa, y Ericsson y Nokia-Siemens.
Hablo de multimedia en general, no solo de telecomunicaciones.
Alcatel-Lucent ha sido la primera empresa que ha dicho públicamente que este modelo tal cual existe hoy no es sostenible. Los operadores invierten en la red, pero el dinero al final se lo llevan los que ponen servicios encima de la infraestructura, sin pagarla y sin aportar el esfuerzo financiero y tecnológico imprescindible para modernizarla. La situación no es buena para la industria porque si los operadores no tienen rentabilidad, los suministradores no tenemos los márgenes y, por tanto, no podemos invertir tan fuerte como nos gustaría, al final la red no tendrá la capacidad imprescindible y sufrirán también los proveedores de contenidos.

Es la tesis que ha mantenido el presidente de Telefónica en unas declaraciones con gran polémica.
César Alierta ha puesto encima de la mesa lo que todos piensan; que el sistema actual no es justo ni sostenible. Pero también hay que tomar en consideración el anuncio de que Google ha decidido a desplegar fibra de alta velocidad en Estados Unidos.

Algo está cambiando.
Es bueno que todo el mundo se dé cuenta de que la industria como la conocemos no será la misma dentro de cinco años: que los operadores tienen que desarrollar plataformas abiertas para que todo el mundo pueda desarrollar encima de ellas y dar nuevos servicios. Que parte de esos ingresos se vaya repartido equitativamente entre todos los que crean valor para el usuario final.
Esto no va en contra de internet ni contra el estatus actual, en el que hay muchos servicios que se reciben gratis. Al contrario, yo creo que finalmente se dará a las cosas su justo valor. Si una persona quiere un servicio básico, pues que no pague nada, y que sea la publicidad quien lo financie. Pero si quiere un servicio un poco mejor, pues pagas un poquito, siempre que ese precio sea justo. Y si ese dinero se reparte entre quien crea valor, pues la industria será sostenible.

"La tarifa plana de móvil, una solución limitada"
La industria y los operadores de telefonía celular daban por sentado que las tarifas planas terminarían siendo la clave para que los usuarios de móvil accedieran sin reparos, por el precio, a los nuevos servicios de internet. Ahora, la saturación de las redes celulares y las dudas en los procesos de inversión ponen en cuestión este paradigma. El presidente de Alcatel-Lucent en la Península Ibérica cree que este es un aspecto que muestra la "falta de sostenibilidad del sistema". Federico Guillén afirma que "la tarifa plana lo que hace es limitar de alguna manera la inversión" porque limita lo que el cliente paga, pero no pone coto al consumo de recursos. "La tarifa plana está muy bien pero luego hay servicios premium que la red tiene que permitir. Y lo más importante es que sea de una forma fácil, barata y fiable".

El directivo pone ejemplos que justifican el pago de un plus por determinados servicios, adicional a la tarifa plana. "Imagínate que tienes un juego que está de moda, y sabes que en internet hay un problema con la latencia que es el tiempo que pasa desde que tú le das al mando hasta que responde el sistema. Pues eso, en sistemas como los actuales lo que pasa es que depende de la carga de la red, el juego va a ir bien o va a ir mal. Imagínate que en un momento dado tú pudieras decir, pues ahora quiero más prestaciones y más recursos de la red asignados para que yo pueda jugar perfectamente. Pues le das a un botón y a lo mejor pagas 50 céntimos por jugar perfectamente las próximas dos horas. Entonces te asignan recursos, para lo que la red ha de estar preparada".

Industria. "El modelo de reparto no resulta sostenible"
Los fabricantes de telecos españoles están un poco soliviantados por los sistemas de contratación con Telefónica. Hay una cierta rebelión por el traslado de su mesa de compras a Alemania.

Hay quien asegura que esta estrategia del mayor operador español pone en peligro al resto de la industria nacional.
Los operadores son muy dueños de hacer lo que quieran. El tema de Alemania que planteas es lo mismo que hizo Vodafone hace un año o dos con Luxemburgo. Yo ahí no puedo decir nada. El problema radica en pagar las cosas por el valor que tienen. Fijar un precio excesivamente bajo por los equipos y servicios no beneficia a nadie al final.

Pero los fabricantes nacionales dicen que lo están pasando muy mal.
Si hemos llegado a estos extremos es porque en el fondo nosotros somos la parte más débil de la cadena. Nuestros clientes se ven presionados por un sistema que no es sostenible, y nos transmiten lo que les imponen. Ya no solamente a nivel de industria, también hay otras consideraciones de carácter más político. Creo que hay cosas, como el canon de Televisión Española, que no benefician al sector y el Gobierno debería darse cuenta; al final no lo paga un operador u otro: todos pagamos ese cheque.

El Gobierno afirma que el futuro del país está en la tecnología.
Creo firmemente que al sector de las telecomunicaciones no se le está dando la importancia que tiene; las telecomunicaciones son una pieza clave para el desarrollo en cualquier país y no sólo por la industria en sí, sino porque es un multiplicador para otras industrias. Los países en vías de desarrollo que invierten fuertemente en telecomunicaciones son los que antes se equiparan a los países desarrollados.

¿Cuál es la razón de que los políticos sólo apuesten por la I+D de cara a la galería?
Ésta es una apuesta, una inversión a largo plazo, y entiendo que para los políticos volcarse en el proyecto es difícil porque su perspectiva electoral es más corta.

Algunos trabajadores de Alcatel-Lucent aseguran que su nuevo presidente asume las medidas de austeridad que se impone a la plantilla. La semana pasada acudió al congreso del móvil que se celebró en Barcelona. El regreso a Madrid lo hizo en el AVE, en clase turista.
cincodias.com 22 febrero 2010

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