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jueves, 23 de septiembre de 2010

La televisión bate récords de consumo, a pesar de los peores augurios

La televisión bate récords de consumo, a pesar de los peores augurios
A pesar de la expansión de internet, los smartphones, las tabletas digitales y otros tantos dispositivos que permiten el acceso a todo tipo de contendidos, en España de media se siguen consumiendo unas cuatro horas de televisión al día. Y aunque muchos auguraban que con internet y el incumplimiento de los avances que se prometían, como pluralidad y diversidad de contenidos o servicios interactivos, el medio de comunicación de masas por excelencia se resiste a desaparecer.


En los ocho primeros meses de este año, la media de consumo de televisión es de 230 minutos, 8 más que en 2009. En enero se produjo el récord de consumo, con unos 261 minutos de media, según publica El País. Por comunidades, Aragón y Andalucía son aquellas donde más televisión se consume, con una media de 241 y 240 minutos diarios y Galicia y Madrid en las que menos tiempo se pasa viendo la tele, 198 y 207, respectivamente. El grupo social que más tiempo dedicó a la televisión fueron las amas de casa, con una media de 270 minutos diarios, unas 4 horas y media, según datos de Kantar Media. Y es que, aunque los contenidos se hayan empobrecido, pese a la avalancha de canales desde la implantación de la TDT, la televisión se ve más que nunca.



Para Carlos M. Arnanz, director del área de investigación de Corporación Multimedia hay una serie de puntos que pueden explicar este fenómeno. Por un lado, el nacimiento de canales destinados a niños y adolescentes ha hecho que aumente el consumo infantil. Y, por otro lado, el consumo masculino también aumenta por el alud de eventos deportivos y el reparto de partidos de fútbol entre los canales. Aunque hay otros motivos también: “Hay una explicación que puede parecer estúpida, pero tiene influencia en el consumo: el clima. El invierno pasado ha sido largo y frío y eso se ha notado en las audiencias”. Otra hipótesis a la que apunta Arnanz es el desempleo, aunque es indemostrable porque “se puede pensar que afecta, pero no hay manera de verificarlo científicamente”.



Al aumento de la competencia debido a la eclosión de canales se han sumado las transformaciones sociales. Como afirma Eduardo García Matilla, presidente de Corporación Multimedia, se han generado también cambios en los hábitos de consumo ya que “no es lo mismo ver la televisión solo que en familia, en internet o en el móvil”. Las altas cotas de consumo también se pueden explicar gracias al envejecimiento de la población, ya que los espectadores de mayor edad son más fieles a la televisión y son menos propensos a zapear. Y esto, como afirma García Matilla “rompe el mito de target comercial y esa teoría de que hay que hacer programas para jóvenes”.


Es posible que este crecimiento se deba también, en gran medida, a la cascada de contenidos que se ha producido desde la implantación de la TDT, que ofrece una oferta como nunca antes, pero que no es diversa. De hecho, se producen una gran cantidad de programas clónicos y redifusión de seres y programas que se guardaban en los archivos de los grandes canales nacionales y que emiten en sus nuevos canales.


Aunque la televisión sigue ocupando la mayor parte del tiempo de ocio de los españoles, internet poco a poco se va implantando, sobretodo en adolescentes y jóvenes. Pero este impacto de la red no parece tener repercusión en el consumo de televisión. Como recuerda Arnanz, la mayor parte del consumo en internet son productos de televisión o inducidos por ella. Eduardo García Matilla añade que “deberíamos haber aprendido de la burbuja de internet. Es el momento de la convergencia, la integración, las sinergias y las alianzas. Tenemos que explorar nuevos territorios y ver qué contenidos, para qué tipo de público y con qué soporte publicitario. Está todo por hacer y no hay modelos de referencia”.


Y para ello es imprescindible saber cómo consume y qué quiere la gente ya que cada vez el público utiliza más los nuevos dispositivos y nuevas tecnologías que permiten ver contenidos como se quiera, cuando se quiera y donde se quiera.


La TDT también anunciaba que permitiría el acceso a la sociedad de informaciones a través de los servicios interactivos. Pero la mayoría de los descodificadores que se vendieron durante la campaña hacia la implantación del TDT traducen la señal, pero no permiten acceder a esos contenidos interactivos.


Y la proliferación de canales de la TDT también ha afectado a la publicidad tradicional, que pierde eficacia. Como recuerda García Matilla, en 2005, una cadena alcanzaba el liderato en España con el 22,4% de la cuota de pantalla y hoy se consigue con el 15%. Incluso algunos operadores han caído un 30%, y esto se traduce en que “los anunciantes están cada vez más inquietos”. Por tanto, ahora más que nunca es más necesaria la investigación de audiencia porque “ya no se habla de audiencia sino de consumo directo”.


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