En 2005, Bill Clinton creó una iniciativa global para congregar a dirigentes gubernamentales, empresariales y de ONG con el fin de buscar soluciones renovadoras a los problemas sociales críticos. El tema central de la iniciativa es una llamada a renovar en responsabilidad social corporativa (RSC), asociando muy activamente las empresas a los problemas.
Una de las máximas de la cita es que "no hay ninguna incompatibilidad en que una empresa sea rentable y se involucre socialmente", al contrario, forma parte de la "interdependencia del mundo actual". En la reciente reunión anual de la exitosa iniciativa, representantes de más de 100 países, entre ellos muchos dignatarios y presidentes de empresas líderes, mostraron cómo puede hacerse RSC en la práctica.
Por ejemplo, unos 4.000 niños mueren diariamente por diarrea. Una razón central es la falta de agua potable. Así, con apoyo de varias empresas se han desarrollado "paquetes purificadores", cada uno de los cuales permite limpiar 10 litros de agua contaminada.
Las corporaciones y ONG se han sumado para invertir en proyectos para mujeres pobres. Ellas constituyen el 60% de los pobres del mundo. Si se les dan recursos o créditos, el 90% de los mismos van destinados a mejorar las condiciones de la familia. Como destacó el premio Pulitzer Nicolas Chrystoff, resultó estimulante que en el debate sobre el tema, a diferencia del pasado, en la sala había presentes muchos hombres.
Otro ejemplo tiene que ver con Haití. El 85% de su población se quedó sin electricidad. La alianza entre empresas productoras de energía solar y ONG está posibilitando la distribución de linternas solares en escala en el país. El avance de una cultura de RSC ha llevado a que un tercio de los 150.000 trabajadores del banco Barclays esté haciendo trabajo voluntario para la comunidad.
Entre otras empresas españolas líderes en RSC, el BBVA mostró en la reunión su plan a largo plazo para mejorar los primeros tramos de la educación en América Latina, con inversiones de gran magnitud. Asimismo, el grupo Sangari de Brasil señaló cómo sus metodologías didácticas han permitido mejorar la enseñanza de la ciencia y la técnica en escuelas pobres. Bill Gates resaltó que mueren 350.000 mujeres anualmente en el parto, pero con sólo unas pocas monedas se podría salvarlas, por lo que llamó a la acción inmediata.
Estos y otros ejemplos, que a diario están generando empresas pioneras en el mundo, muestran que la RSC no es una moda. Es una vía central para rediseñar el rol de la empresa, en un siglo que clama por solidaridad e inclusión.
Bernardo Kliksberg . Presidente de la Red Iberoamericana de Universidades por la RSC y autor de 'Es difícil ser joven en América Latina'. www.cincodias.com 13 octubre 10
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