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lunes, 11 de octubre de 2010

Telefónica muestra su independencia financiera y tira de caja para pagar Vivo


Telefónica no dejó de repetirlo durante la batalla con Portugal Telecom por el control de Vivo: la financiación de la compra, simplemente, no era un problema para ella. Y lo ha demostrado en el primer pago. Tenía un préstamo sindicado para abonarlo, pero prefirió usar sólo 2.000 millones y sacar otros 2.500 millones de su caja.

Los temas financieros no le quitan ni un segundo de sueño a Telefónica. Donde otros encuentran restricciones al crédito, la operadora saca miles de millones en financiación del mercado o de la banca. Donde otros tienen que pagar extra para obtener fondos, ella coloca a los precios más bajos en años.

E incluso se permite guardar para mañana, porque ha decidido que tiene recursos suficientes en caja como para no tirar de los préstamos conseguidos.

Así lo ha hecho en su último gran desembolso: el primer pago a Portugal Telecom en la compra de Vivo. Fueron 4.500 millones pagados a finales de septiembre con los que tomó finalmente el control del líder brasileño del móvil, tras una dura lucha con su socia portuguesa.

En teoría, Telefónica contaba con un préstamo bancario de 8.000 millones de euros para ello. Lo consiguió el 28 de julio, con 5.000 millones específicamente destinados a la compra de Vivo y otros 3.000 millones para otras necesidades de refinanciación.

Pero al llegar el momento decidió hacer otra cosa. Según consta en un documento oficial, Telefónica sólo usó 2.000 millones de euros del préstamo para afrontar el primer pago. Los otros 2.500 millones salieron de la caja disponible de la operadora.

De todas formas, esta decisión es coherente con el discurso que mantuvo Telefónica durante la batalla con Portugal Telecom por el control de Vivo. La compañía reiteró que no necesitaba financiación externa para la adquisición, que contaba con recursos y fondos suficientes.

De hecho, Telefónica tiene un colchón de 9.100 millones en líneas de crédito sin utilizar, pero es que ni siquiera ha recurrido a ellas. Simplemente, la operadora lo ha sacado de la caja que genera con su actividad operativa normal de negocio, según señalan fuentes cercanas a la empresa.

Eso no quiere decir que renuncie al préstamo conseguido. Accedió a contratarlo porque los bancos le hicieron una propuesta atractiva y a buen precio, según fuentes del mercado, y porque permitía reforzar y mantener la liquidez de la compañía. En todo caso, la parte de los 5.000 millones que está destinada a afrontar el pago por Vivo tiene una madurez de tres años y puede prolongarse por otro ejercicio más. Es decir, Telefónica no va a perderlo y con casi total seguridad lo utilizará para abonar el resto de la factura que queda pendiente.

El primer pago fue de 4.500 millones de euros, pero el total son 7.500 millones, así que quedan 3.000 millones. De esta cantidad, un tercio debe ser pagado dentro de muy poco, el próximo mes de diciembre. Los 2.000 millones restantes tienen como fecha de abono el 31 de octubre del año que viene, aunque Portugal Telecom puede solicitar que este último pago se realice el 29 de julio del próximo año, siempre que la portuguesa esté dispuesta a renunciar a 25 millones, que es lo que se le descontaría por pedir el desembolso adelantado.

Pese a disponer de las dos posibilidades, usar caja o deuda para afrontar determinados pagos tiene implicaciones en el perfil financiero de una empresa. Tener caja sin usar y sin sacarle partido no dice mucho de las capacidades de rentabilizar recursos de una compañía, según explican fuentes financieras. Al afrontar parte del primer pago por Vivo con sus propios fondos generados, Telefónica ha conseguido rentabilizar su caja y optimizar la estructura de financiación de la operación, según estas mismas fuentes.

En cualquier caso, la factura total por Vivo todavía es una incógnita. Telefónica tiene aún que lanzar una opa sobre los minoritarios dueños de las acciones con derecho a voto de la operadora brasileña. Si todos acuden, la operadora deberá desembolsar unos 800 millones de euros adicionales a los 7.500 millones pagados a Portugal Telecom.

Una fusión en Brasil a medio plazo
El objetivo de Telefónica con la compra de Vivo es crear una operadora integrada en Brasil, con la fusión del líder del móvil con la otra filial que tiene la española en el país, Telesp, especializada en telefonía fija y banda ancha en São Paulo. Telefónica, sin embargo, no tiene intención de acometer esta integración a corto plazo, según ha reconocido ante los analistas.

En un primer momento, las dos compañías seguirán su camino por separado y se potenciarán sus necesidades. Telesp sufrirá una reorganización y en Vivo se trabajará para mejorar los márgenes de rentabilidad y para capturar el crecimiento de la banda ancha móvil. La estrategia operativa de las compañías permanecerá separada, aunque se trabajará en la coordinación a escala nacional. Poco a poco se irán dando más pasos en el camino de la integración, pero la fusión operativa no se planteará hasta dentro de más de año y medio.
www.cincodias.com 12 octubre 2010

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