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miércoles, 26 de agosto de 2009

McCann Erickson: lo bueno de ser la Agencia del Año de la Crisis

Y un buen día vino la revista Anuncios a decirnos que habíamos sido elegidos Agencia del Año. De este año. Inmediatamente nos dispusimos a seguir el protocolo de estos casos, descorchar unas botellas de sidra El Gaitero (la cosa no está para cava), juntarnos todos y reírnos de los mismos chistes de oficina que hacemos cada vez que nos apiñamos. Todo se desarrollaba con cierta algarabía hasta que ¡zas!, sonó el teléfono, era nuestro Año, que quería una reunión urgente para darnos briefing.
— “Soy un año de mierda —aseguró— la gente me odia, los medios me vapulean. Todos me recuerdan como el año que mandó todo al garete. El paro, Lehman Brothers, la burbuja inmobiliaria, el Papa desaconsejando los condones y encima ahora vienen los cerdos a contagiarnos la gripe. Si es que parece que me lo hace a propósito”.
El director de cuentas hizo el intento de aflojar el clima con un — “bueno por lo menos en notoriedad vamos muy bien”.
A lo que él contestó desencajado —“ahí va, otro gilipollas optimista”. Y remató con algo muy de este año, —“necesito 8 campañas de imagen para mañana a primera hora. Si nos las hacen ustedes llamo a cualquier otra agencia”.
Al día siguiente estábamos mal dormidos con sus 8 campañas sobre la mesa. En ellas decíamos que no todo lo había hecho tan mal, que tenía al primer presidente negro de la historia norteamericana, que ganamos la Eurocopa, que el Oscar de Penélope, que al sexta temporada de Perdidos es, a nuestro modesto entender, mejor que la primera. Que tenía el privilegio de ser el año en el que cayeron todos los paradigmas y que ahora venía un tiempo para reinventarlo todo. Que en unos años sería recordado como ese cabrón que nos hizo vivir en un mundo mejor pensado.
A nuestro año le encantó la idea, pero la aplazó para el segundo semestre por falta de presupuesto.
Y aunque en un primer impulso envidiamos la suerte de la agencia del año 68, con su Mayo francés y sus Beatles, o imaginamos lo cool que sería ser la del 92 con su Expo y sus Olimpiadas, al final no pudimos por más que sentirnos orgullosos de nuestro nombramiento. No todos los días te toca ser la agencia de un año, donde empezamos todos de nuevo.
[Este texto forma parte de la campaña gráfica creada por McCann Erickson con motivo de su nombramiento como Agencia del Año]

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